miércoles, 28 de julio de 2010

EL FUTBOL POLITIZADO TERMINO CON DIEGO MARADONA, UN IDIOTA UTIL

24 de junio de 2010. Diego Armando Maradona, entonces director técnico de la Selección Nacional de fútbol, apoyando a la candidata a diputada nacional Dulce Visconti, del Frente para la Victoria kirchnerista. El 28 de junio estaban las elecciones legislativas nacionales. ¿Alguna duda que Maradona fue puesto al frente de la selección por intereses políticos?

Hay que diferenciar un Maradona del otro. El deportista fue intachable, único, magnífico. El hombre, en cambio, fue sencillamente calamitoso, soberbio, altanero, desagradable. ¿Se pueden separar estas dos facetas de Diego Armando Maradona para hablar de su reciente expulsión en la dirección técnica del Seleccionado Nacional de fútbol? Nosotros creemos que sí, porque una cosa no quita la otra. Se puede perder la dignidad y la trayectoria del deportista con los actos que se realizan en la vida cotidiana.

El exitoso boxeador Carlos Monzón, a quien el pueblo aclamaba por sus hazañas arriba del cuadrilátero, terminó cuestionado cuando asesinó a una ex esposa suya –Alicia Muñiz- en la ciudad de Mar del Plata. Esa imagen perduró hasta el día de su trágica muerte, en un accidente vial donde su auto dio tumbos en el aire, una tarde de 1995. No ocurrió lo mismo con el corredor Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón de la Fórmula 1; su vida siempre fue sencilla y humilde, y su nombre respetado en todo el mundo.


ANTROPOCENTRISMO Y UTILIZACION POLITICA


Diego Armando Maradona creyó ser dios. O así se lo inculcó un sistema que, como todos sabemos, tiende a reivindicar un peligroso paganismo que endiosa a las personas y los objetos. Hasta hubo algunos zonzos que, aplicando un antropocentrismo que desplaza a Cristo, le han fundado una “religión”: la “maradoniana”, en la cual celebran “misas” y donde hay “altares” que en lugar de tener imágenes de Dios o de la Santísima Virgen María, tienen las de Maradona, o también la de sus padres, que vienen a ser, en esta herejía, algo así como “Creadores” del dios.

Diego Maradona pensó, desde esa posición de endiosamiento posmodernista a que fue encumbrado, que así como había sido un jugador extraordinario también podía meterse a coquetear, y ser exitoso, en ámbitos donde nunca había pisado. La obtención del Mundial de Fútbol México 1986 lo catapultó a una dimensión donde le estaba todo permitido: Maradona podía ser conductor de televisión, figura de publicidades, actor de cine (“Cuando Maradona conoció a Gardel”), director técnico de fútbol y mequetrefe de políticos y empresarios. Y se le permitieron más cosas: balear periodistas desde las instalaciones de una quinta, decir bravuconadas en conferencias de prensa, insultar al Papa Juan Pablo II y frecuentar el submundo de los estupefacientes, las drogas y las mujeres amorales.

Deshizo su familia (separación con Claudia Villafañe), contradijo sus convicciones una y mil veces, y arrimó y alejó amigos como quiso. Lo que más afectaron su vieja idolatría fueron sus incursiones con las drogas y sus contactos y acercamientos con la política.


Sobre su adicción, no hay mucho para agregar: con los estupefacientes comenzó su debacle futbolística. Ya en 1991, cuando salta el primer doping mientras jugaba en el club Nápoles, la crítica deportiva empezó a mirarlo con otros ojos. Por ese entonces, curiosamente, el astro aparecía en diversas oportunidades junto al agente internacional Carlos Saúl Menem. Cuando Argentina obtiene el subcampeonato en el Mundial de Fútbol Italia 1990, días más tarde, al arribar el plantel a Buenos Aires, Menem invitó a los jugadores a la Casa Rosada para que desde los balcones saluden a la multitud. Diego Maradona estuvo al lado del traidor delincuente de La Rioja. Fue una de las tantas utilizaciones que se hizo de su figura para ambiciones políticas partidarias.

Se tatuó en uno de sus brazos el rostro de Ernesto “Che” Guevara Lynch de la Serna y mostró adoración por el cubano Fidel Castro Ruz, pero no dudó, al tiempo que se proclamaba socialista y hombre de izquierda, en salir en una entrevista desde un helicóptero junto al empresario de los medios y masón Daniel Hadad, quien hasta 2003 era un acérrimo menemista (hoy es funcional al kirchnerismo). Por el año 2001, mientras seguía proclamándose socialista, Maradona visitó al delincuente traidor Carlos Saúl Menem quien, en compañía de su entonces pareja Cecilia Bolocco, se hallaba “arrestado” en una lujosa mansión de Don Torcuato, provincia de Buenos Aires, propiedad del ladrón y ex funcionario menemista Armando Gostanián. Y hasta aceptó ser jugador de Boca entre 1995 y 1997, cuando a la institución la presidía el empresario ultraliberal Mauricio Macri.

Fue muy amigo de Carlos Salvador Bilardo entre 1982 y 1992, pero en junio de 1993, mientras el “Narigón” lo dirigía en el Sevilla de España, al momento de decidir su reemplazo en medio de un partido contra el Burgos, Maradona le dijo: “Hijo de puta y la puta madre que te reparió”. Se vio en vivo y en directo por la televisión, y desde allí se expandió por todo el planeta. En una nota que le hizo la revista “El Gráfico” el 15 de junio de 1993, Diego Maradona volvió a la carga: “No creo que Bilardo sea hombre”. Hay que recordar el momento preciso en que la Selección Argentina clasificó, milagrosamente, al Mundial Sudáfrica 2010. En medio del jolgorio y el griterío, aparecían abrazados Bilardo y Maradona, mientras repetían al unísono: “Ahora que la chupen, ahora que la chupen"…

LOS KIRCHNER, GRONDONA Y LA CANDIDATURA QUE NO FUE

Con un currículum que señalaba sendos fracasos en el desaparecido club Mandiyú de Corrientes y en el Racing Club de Avellaneda, Diego Armando Maradona fue puesto al frente de la Selección argentina de fútbol que, en ese momento, estaba disputando las eliminatorias para disputar el Mundial Sudáfrica 2010. Allí se estaba gestando una jugada política del kirchnerismo.

Julio de 1990: el socialista Diego Maradona y el agente internacional Carlos Saúl Menem salen a los balcones de la Casa Rosada. Fue después del subcampeonato obtenido en el Mundial de Italia 1990. Aparece también el delincuente Antonio Cafiero en la imagen.

El acuerdo quedó sellado cuando, ante las cámaras de televisión, se veía a la hebrea y presidente Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner, a Humberto Grondona (presidente vitalicio de la AFA) y a Diego Maradona sonrientes por la nueva designación de este último como técnico de la selección. Todo esto a pesar de la resistencia que, en principio, le tuvo Grondona a Maradona para ese puesto. El tema es que el kirchnerismo no dio puntada sin hilo, veamos por qué.

En primer término, la designación del ex capitán de la selección argentina se hizo efectiva en octubre de 2008, en medio de una profunda crisis acusada por el gobierno nacional luego de su frustrado plan de aplicar retenciones móviles contra los pequeños y medianos agricultores argentinos con la famosa resolución 125 (julio de 2008). Desde entonces, Diego Maradona pasa a ser el hombre elegido para introducir sutilmente la política kirchnerista en el fútbol.

Tal es así que apenas 4 días antes de llevarse a cabo las elecciones para diputados y senadores nacionales del 28 de junio de 2009, Diego Maradona fue uno de los oradores principales en el cierre de campaña del kirchnerismo en el partido de Ezeiza, provincia de Buenos Aires. En dicha oportunidad, el ex jugador salió a apoyar la candidatura de Dulce Visconti, quien se postulaba como diputada nacional en la lista que encabezaba el especulador inmobiliario y subversivo de base Néstor Carlos Kirchner. Encabeza esta nota una foto de ese día, donde, además, Diego Armando Maradona, quien ya era técnico de la selección nacional de fútbol, dijo: “Ezeiza es mi lugar en el mundo y el intendente [kirchnerista] Alejandro Granados y su esposa, Dulce, han hecho mucho por este querido partido, por lo cual el domingo obtendrán un rotundo triunfo en las urnas”.

Otro aporte que hizo Maradona al kirchnerismo corrupto fue cuando se disputó un partido amistoso entre Argentina y Canadá, el 24 de mayo de 2010, en el estadio de River Plate. Cuando salió al campo de juego nuestra selección, los jugadores portaban una bandera que proclamaba y pedía el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz para la subversiva marxista Asociación Abuelas de Plaza de Mayo… El circo se completó con el efusivo abrazo que se dieron la forajida recaudadora Estela Barnes de Carlotto y Diego Armando Maradona. Una vergüenza.

Un mes antes, en abril de 2010, se orquestó una fenomenal campaña de prensa que consistió en la permisión para que los alumnos y estudiantes de los colegios puedan ver, en horarios escolares, los partidos que dispute la selección de fútbol en el Mundial Sudáfrica 2010. El comprado Víctor Hugo Morales, salió a decir que esa medida era correcta, y que los partidos debían ser usados “inteligentemente para discutir sobre toda la diversidad cultural que significa el fútbol”.

La pedagogía y estupidización eran perfectas: el técnico, Diego Maradona, estaba con el oficialismo (kirchnerismo), los partidos de fútbol servirían para fines “pedagógicos” y, de paso, si al seleccionado le iba bien, se tapaban varios problemas generados por el gobierno de Cristina Fernández Wilhelm. Y también se hablaba de Maradona candidato (¿Senador? ¿Diputado?) Redondo.


ALEMANIA Y DESPUES…

El 3 de julio de 2010 se desmoronó, de un plumazo, el armado krichnerista para desviar la atención del pueblo argentino de sus problemas reales. Un categórico 0-4 ante Alemania nos marginaba de Sudáfrica 2010 en cuartos de final.

Cerca de 40.000 afiches a todo color con los rostros de Cristina Fernández Wilhelm y Diego Maradona se habían mandado imprimir mientras Argentina avanzaba en el mundial. Más tarde, se descifraba la incógnita cuando un funcionario, de forma anónima, dijo al diario “La Nación” el 4 de julio de 2010, ya eliminada la selección:
“Lo único que había en la agenda era el Mundial. Se terminó la ilusión de un Maradona candidato”. Y otra fuente calificada de la Casa Rosada, agregó: “Se apostó al Mundial [desde el kirchnerismo]; se perdió la iniciativa, y la oposición instaló temas adversos; se deberá resolver una reacción para recuperarnos”.

Fotografía del partido amistoso Argentina vs. Canadá, jugado en Buenos Aires el 24 de mayo de 2010, previo a Sudáfrica 2010. Los jugadores desplegaron una bandera en apoyo a las subversivas terroristas Abuelas de Plaza de Mayo. Estaba vigente la utlización política de Maradona DT.

Otra jugada que deseaba hacer el kirchnerismo traidor era que en medio de la euforia deportiva, se apuraran los trámites para sacar la sodomita Ley de Matrimonio Gay. No por nada, tras la eliminación de Argentina en Sudáfrica, Néstor Kirchner llamó personalmente a varios senadores y gobernadores para obligarlos a que votaran a favor de la sanción de la ley antinatural. La celebración fastuosa del 9 de julio de 2010, Día de la Independencia Política, también apuntó en ese sentido: al perder la selección de Diego Maradona, el gobierno nacional puso todo el empeño para hacer en Tucumán un acto con pompas y platillos, como nunca antes lo había celebrado el matrimonio presidencial desde que accedieron al poder en 2003. Un buen espectáculo, en definitiva, sirve para seguir tapando los errores y las traiciones de un gobierno cretino cuyos funcionarios cada vez son más millonarios. Ah, y Maradona ya no es más candidato a nada.

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